Pocas veces se escucha la opinión local sobre el conflicto mapuche. La columna analiza los resultados de una encuesta aplicada en la provincia de Cautín. La percepción sobre el momento actual es pesimista, para mapuche y no mapuche. Entre los actores que han estado involucrados en el conflicto, la CAM se lleva la peor nota.
La Araucanía, y en un sentido más amplio el Wallmapu, han estado en el centro de la opinión pública en las últimas semanas. Desde la frustrada visita de la ministra Siches a la comunidad de Temucuicui a la afirmación de la delegada presidencial del Bíobio de que “no hay manera de controlar lo que está ocurriendo”, los eventos indican que el conflicto en el área está en un momento particularmente crítico. El pasado 13 de abril, el Gobierno Regional realizó una “Cumbre por la Paz”, la más reciente instancia para buscar soluciones al conflicto y a la cual asistieron el Delegado Presidencial y la mayoría de los alcaldes de La Araucanía. Sin embargo, a la Cumbre no fueron invitados representantes indígenas ni contó con la presencia del Presidente Boric, por lo que las discusiones realizadas entre actores relativamente homogéneos probablemente no tengan mayor resonancia en la resolución de los problemas de la región.
En 2021 aplicamos la encuesta “Araucanía Opina” en la provincia de Cautín para comprender la opinión de la población en la zona afectada por el conflicto. Los resultados sugieren que el nivel de conflicto percibido entre mapuche y no mapuche es más bajo en la población local que en la población nacional, aunque los distintos grupos consultados tienen percepciones pesimistas sobre la situación. Los datos de Araucanía Opina indican, además, que tanto mapuche como no mapuche mantienen percepciones negativas de las organizaciones involucradas en el conflicto, aunque se encuentran divisiones entre los dos grupos en cuanto a la evaluación y nivel de conocimiento que tienen de éstas.
“La percepción de conflictos con el Estado y con las forestales es muy alto, tanto para los encuestados mapuche como no mapuche”
La opinión pública local sobre el conflicto es un factor relevante pero usualmente difícil de estimar. La opinión de la región importa no solamente porque los conflictos moldean la opinión pública (Disi Pavlic, 2021),[1] sino porque las posturas de las población general también influyen en la ocurrencia (Kleiner, 2018) y eventual éxito (Amenta et al., 2010) de las movilizaciones. El esfuerzo por analizar la opinión pública del pueblo mapuche y del territorio afectado por el conflicto a través de encuestas ha sido históricamente escaso. Algunas excepciones son la sobre-muestra de la encuesta LAPOP en La Araucanía (Toro et al., 2012, p. xxix) y la muestra de la encuesta Barómetro Regional (CEDER, 2019) realizada en la zona. Otros esfuerzos importantes incluyen las Encuestas Mapuche del Centro de Estudios Públicos (CEP, 2006, 2016) y, más recientemente, la encuesta Araucanía Opina de 2021.
La encuesta abordó, entre otros temas, la evaluación del desempeño gubernamental, aprobación de las autoridades, valoración de la democracia, participación política y percepciones del conflicto en la región. En la primera parte de esta columna presentamos algunas cifras del conflicto en La Araucanía relacionadas con protestas y violencia política, las cuales son un antecedente relevante para entender las percepciones de la población local. A continuación, profundizamos en la opinión pública sobre el conflicto, contrastando Araucanía Opina con otras encuestas de alcance nacional y regional, lo que permite ver las tendencias de la opinión a lo largo del tiempo y comparar la opinión del territorio con la visión general del país.
EL CONFLICTO EN CIFRAS
Buena parte de la opinión pública sobre el conflicto en La Araucanía es un reflejo de los eventos de protesta y violencia política experimentada en la región. Esta información suele conocerse a través de la prensa que, por lo tanto, ayuda a formar y a la vez influye en las percepciones de la ciudadanía. En este sentido, existen estudios que utilizan la metodología del llamado “Análisis de Eventos de Protesta” (Koopmans & Rucht, 2002), que consiste en la elaboración de bases de datos que recopilan información sobre protestas y otras acciones contenciosas. En el caso chileno, estas bases recogen cifras de eventos descritos en la prensa, tanto de los medios nacionales como regionales. Por ejemplo, la base del Mapuche-Chilean State Conflict Events Database (MACEDA) del Mapuche Data Project muestra detalladamente cómo los eventos de conflicto entre mapuche y el Estado chileno han fluctuado entre 1990 y 2016 en La Araucanía (Figura 1). Períodos particularmente contenciosos fueron los años 1998-2002, 2009 y 2016. En este último año, hubo un aumento especialmente grande en el número de ataques (por ejemplo los ataques incendiarios contra immuebles y maquinarias).
FIGURA 1
Frecuencia de eventos de conflictos registrados en La Araucanía en MACEDA (Cayul et al., 2022), 1990-2016